Homero Manzi, autor de tangos célebres como Che, bandoneón, Malena y Barrio de tango; Pascual Contursi, de marcado tono sentimental escribió Mi noche triste; Homero Expósito, verdadero innovador con Naranjo en flor, Yuyo verde y Percal; Celedonio Flores, poeta excepcional creador de Mano a mano y Viejo smoking; Enrique Cadícamo, autor prolífico, creador de Los mareados y La casita de mis viejos. Y Enrique Santos Discépolo, compositor genial de tangos emblemáticos como Cambalache, Yira, Yira, Uno y Cafetín de Buenos Aires.
De los bailarines, el Cachafaz está considerado el más célebre de todos los tiempos y uno de los primeros en llevarlos a Estados Unidos y a París. También figuran Benito Bianquet, Casimiro Ain y Tito Lusiardo entre los más antiguos. De los contemporáneos, se destacan Juan Carlos Copes y María Nieves, Nélida y Nelson, Gloria y Eduardo, Mayoral y Elsa María, Virulazo y Elvira.
En cuanto a las orquestas y sus directores, se han destacado Julio de Caro, Juan D’Arienzo, Aníbal Troilo, Armando Pontier, Osvaldo Pugliese, Horacio Salgán, Mariano Mores y Astor Piazzolla.
Es importante destacar que el tango no fue sólo cosa de hombres: entre las principales damas del tango se cuentan Paquita Bernardo, figura legendaria que fue la primera mujer en tocar el bandoneón y hasta tuvo orquesta propia; Azucena Maizani, de gran fuerza dramática, le dio un nuevo curso a la interpretación del tango; Tita Merello, actriz y cantante de gran personalidad, y Libertad Lamarque, que popularizó su voz aguda con el tango Besos brujos. Más adelante, voces femeninas como las de Nelly Omar, Alba Solis, María Graña, Susana Rinaldi y Adriana Varela, desde diferentes registros y estilos, todas le dieron al tango el rasgo distintivo de lo femenino.
Hugo del Carril y su registro único, que lo consagró como uno de los mayores intérpretes de la música ciudadana; Roberto “el polaco” Goyeneche y su personal estilo; Julio Sosa, popular exponente del tango en los cincuenta y Edmundo Rivero, su afinada voz y emotiva expresividad, figuran entre los principales intérpretes que dio el tango canción.
Por sobre todos ellos aparece la figura única de Carlos Gardel, dueño de una inconfundible estampa, la mayor figura del tango, quien inmortalizó temas como Volver, Mi Buenos Aires querido y Volvió una noche. Su vida y su trágica muerte construyeron uno de los mayores mitos porteños.
El tango es hoy la mejor postal de Buenos Aires y sus habitantes, y su magia ha contagiado también a otros pueblos del mundo.